¡En Colombia un Picó es un sistema de sonido capaz de desencadenar una fiesta descomunal!

¿Qué es?
La palabra Picó es la adaptación colombiana de la palabra inglesa Pickup que significa recoger o levantar. El Picó es un dispositivo mecánico que “recoge” la energía vibracional del movimiento de la aguja sobre el acetato y la convierte en energía sonora para poner a gozar a la gente por medio de tremendo sistema de altavoces. 


Los 50's
Desde finales de los 50´s la gente de la Costa Atlántica colombiana desarrolló una alternativa para disfrutar y difundir su música preferida; construyeron artesanalmente potentes sistemas de sonido que se caracterizan por tener un nombre propio según su origen o preferencia musical (El Timbalero, El Coreano, El Isleño... ), un aspecto visual extraordinario y por supuesto tremendos componentes de sonido.
Los Picós fueron ganando protagonismo y se creó alrededor de estas máquinas una cultura urbana, popular y contemporánea en las que artesanos, dj’s, propietarios de picós, vendedores de música, productores y artistas conforman la base.
El Picó hacía de orquesta en las fiestas familiares y terminó generando espacios autogestionados para los encuentros sociales.


Entre los 70's y 90's
Entre los años 70’s y 90’s los ritmos que dominaban la radio regional fueron la Cumbia, la Salsa y el Vallenato, pero la música preferida en los barrios populares de Barranquilla y Cartagena era la música Africana. Así que el soukous, zouk, mbaqanga y highlife  era la música que tronaba en los picós de las verbenas.
 

Características:
Aquí están los 4 elementos que determinan el prestigio y el valor de un picó:
  1. Potencia sonora en el rango de bajos.
  2. El número de discos exclusivos y la calidad general de la colección de discos.
  3. La habilidad del DJ en la selección de canciones y crear un ambiente emocionante.
  4. El diseño general del picó y su decoración.
  •  Cada picó tiene su nombre propio y un artista local se encarga de representar gráficamente este nombre en la tela que cubre la parte frontal de la caja de Parlantes; Las imágenes pintadas siempre en colores brillantes evocan las características más destacadas de cada picó. 

    Los primeros Picós
    Los primeros Picós fueron construidos en Colombia en 1950 y en sus inicios eran extensiones de la vitrola familiar a la que empezaron a conectar pequeños altavoces que luego se colgaban en los árboles del patio trasero de las casas para generar más volumen durante las fiestas.
    No hay un acuerdo acerca del sitio de origen de los primeros Picós, algunas investigaciones apuntan a que fueron construidos en Cartagena, otros aseguran que nacieron en Barranquilla.
    Sabemos que por los años 50´s los picós de Cartagena y Barranquilla servían como medio de difusión de música Costeña, Cumbia, Porro, Merecumbe y música Cubana, sobre todo Mambo y Rumba, que estaba de moda en todo el Caribe.
    En Cartagena los picós empezaron a popularizarse entre los años de 1945 a 1950 con diseños artesanales y pinturas llamativas en el Pasaje Boca del Toro del barrio de San Diego.
    En los 50´s las cajas de sonido no rebasaban un metro de altura, 1 ó 1.20 m. de ancho y sólo tenían dos parlantes con bobinas de 15 ó 18 pulgadas, generalmente de marca Jim Lansing (después conocidos como JBL por las siglas del nombre de este ingeniero electrónico norteamericano).

    1960: Los acetatos entran por los puertos. 
    El picó se va a constituir en una emisora y discoteca ambulante, lo que facilita el afianzamiento de la salsa dura de los sesenta, una música urbana de baile que se originó entre los inmigrantes latinos en la ciudad de Nueva York y Puerto Rico y a diferencia de los géneros cubanos más elegantes y refinados que la precedieron, la salsa habla de la dura realidad de la inmigración, la pobreza y la discriminación racial que experimentaban los inmigrantes latinos en Estados Unidos.
    Entre 1960 y 1970, la salsa llegó a ocupar gran parte de la atención de los programadores y públicos de los picós. Algunos equipos guardan rastros de la época salsera, como el picó "El Conde", cuyo nombre hace homenaje a Pete "El Conde" Rodríguez.
    En la década de los 1960, el comercio de discos de acetato se incrementó gracias a marineros y comerciantes que llevaban a los puertos de Cartagena y Barranquilla música afroantillana para vender a los picoteros y coleccionistas, estos discos sonaban en las fiestas y eran los causantes de la popularidad de determinados picós; de este comercio se desprendió la práctica de arrancarles los sellos a los discos y desechar las carátulas para que la competencia no supiera el nombre del disco, que se volvería un éxito exclusivo
    En Barranquilla a finales de los años 60´s sobresale el famoso Picó EL SIBANICÚ  “El Que Prefieres Tú”, sus DJs grandes Melomanos conocieron a LUIS CORRALES quien trabajaba como mecanico de Aviación y en uno de sus viajes visitó el Congo en donde escuchó casualmente una melodía Africana del artista Alphonse & Le Groupe Folklorique Bayanzi, se hizo a un acetato de la canción que a su regreso a Colombia se convirtió en la primera canción africana impulsada en Colombia, que con el tiempo seria rebautizada en Cartagena y Barranquilla como EL CUCU o el EL INDIO MAYEYE.


    1970: La era de los "Escaparates"
    Los Escaparates fueron los protagonistas desde los 70´s hasta finales de los años 80´s. En esta época los picós eran cajas de madera del tamaño de un Closet ó “escaparate”; máquina que se respetara tenía un bafle principal, generalmente con 12 parlantes de 18 pulgadas (45 cms.), un bafle auxiliar con 6 parlantes y sobre estos iba un parlante pequeño en el que se instalaban los twitters o “regaderas”, que eran las encargadas de darle el brillo especial al sonido, y era en donde se colocaba el nombre del picó.
    En los tempranos años 70’s los picós que mandaban la parada en Cartagena eran El Isleño del popular Cardales, El Mayor, El Ciclón, El Príncipe y en menor grado El Perro, El Huracán, El Platino, el Diamante, El Conde y el Almirante. Los Picós pequeños producían unos 200 vatios mientras que los más grandes alcanzaban hasta 3000 vatios de potencia.
    En los 70 y 80´s El Isleño puso a bailar cientos de barranquilleros en las Verbenas de Carnaval como la Cueva Fantástica, Rancho Universal y La Pantera.
    Se dice que fue en Cartagena donde los Picós aumentaron su tamaño llegando en algunos casos a construir parlantes de 3 metros o más de altura, cada parlante podía contener 10 parlantes de 18 pulgadas. Se dice que el picó El Perro fue el que innovó en el asunto del tamaño y que dio la sorpresa en Barranquilla; en una oportunidad lo llevaron a una verbena en Barranquilla en el sector de La Cordialidad, por los lados del barrio El Bosque. A partir de ese momento comenzó la moda de los picós gigantes en Barranquilla y con ello vinieron los famosos duelos, principalmente en los barrios del sur de la ciudad.
    Hasta la primera mitad de los años 70, la música del Caribe colombiano había estado de espaldas a las tecnologías musicales, como la de los teclados y el sonido de los sintetizadores y, en fin, de la percusión electrónica. Este panorama comienza a cambiar con la irrupción vía picotera, de los éxitos de Haití y otras islas del Caribe, que comienzan a llegar a las consolas de nuestras máquinas de sonido en Cartagena y Barranquilla.

    La Champeta
    La champeta, tuvo su primer auge a finales de los 70 con Justo Valdez y Abelardo Carbonó; segunda mitad de los ochentas con Viviano Torres, principios de los 90 con Hernán Hernández (Prende la moto y El santo parrandero, única fusión conocida dentro de la champeta criolla) y William Simancas. Y actualmente con una producción más cercana a la casa picotera y no disquera, liderada por Chawala, Yamiro Marín, Luis García y Hernán Ahumada —este último de Barranquilla—que posibilitó el ascenso de Elio Boom (Francisco Corrales, quien le aportó al canto de la champeta el estilo rapero y del ragga que había echado raíces en el Urabá antioqueño en compañía de sus coterráneos Billy, Chaka, Toco Night), Alvaro “el Bárbaro” Zapata, Edwin Antequera (Mister Black), Sergio Liñán (Afinaíto) y otros.


    1890: Compactdisc y Laserdisc
    La década del 80 traerá nuevas sorpresas ya que los propietarios de picós quisieron innovar añadiendo toda clase de artilugios tecnológicos para sobresalir en el ambiente Picotero, recurren a pantallas de video, máquinas de humo, luces parpadeantes al estilo de las Mini TK´s.
    Es cuando aparece un Picó pionero en el campo de la tecnología, el RAY STEREO del señor Raimundo Barrios de Soledad, la amplificación de este Picó cambió los transistores por circuitos, en términos técnicos “circuitos integrados de estado sólido ” los cuales no eran más que un conjunto de transistores microscópicos aglutinados en un solo circuito, también introdujo el sonido cuadrafónico, además se podía sintonizar la música difundida por el Picó en cierta frecuencia de la banda fm como a 50 mts. a la redonda, también introdujo el empleo de cámaras que proyectaban en una pantalla con un “video beam”; y para que no hubieran dudas de la capacidad tecnológica tenía un escaparate robotizado que era inalámbrico es decir este escaparate no tenía conexión alguna con el amplificador. Fue el primer Picó que utilizó un secuenciador o batería electrónica como generador de efectos de sonido sin olvidar el empleo de luces robotizadas, más adelante el MUNDY STEREO se destaca utilizando la “innovadora” tecnología del Compact Disc y el laser-disc.


    1990: La era de los Fraccionados
    Es el inicio de la llamada era moderna, cuando la tecnología análoga se comenzó a mezclar con la digital. Se les llama “fraccionados” porque los 18 o 24 parlantes que tenían en promedio los escaparates se dividieron en bafles de 2, 4 y hasta 6 parlantes como máximo. De esta forma se colocaban bafles en todos los rincones de un baile.
    Es el momento en que los picós empiezan a utilizar luces de miniteca para llamar la atención, se comenzaron a llamar “Súper Estéreo Láser”. Los más básicos contaban con uno o dos tocadiscos, una casetera y un mini disc, mientras que los más avanzados contaban con reproductores de CD. Los más pequeños alcanzaban los 600 vatios de sonido, mientras que los más grandes llegaban hasta 5000.

    Durante los años 90´s los picós se convierten los mayores productores de música local en Cartagena, empiezan a producir champeta “criolla” es decir canciones africanas con letras en español, estos temas los graban cantantes, músicos y productores locales en estudios en Cartagena y Barranquilla; toman elementos de la música tradicional y de las distintas músicas africanas y caribeñas dando como resultado lo que hoy conocemos como champeta.
    Uno de los picós que mas aportó en el desarrollo de esta nueva música fué “el Rey de Rocha” ya que empieza a producir sus propios exclusivos debido a que las canciones africanas estaban siendo copiadas por el emergente mercado pirata. El Rey de Rocha fue creado por la familia Iriarte Arias en 1983 en la pequeña población de Rocha, corregimiento de Turbaco en la Costa Caribe colombiana. En 1987 se establecieron en Cartagena.

     










    Monstruos de sonido
    “Con los ‘fraccionados’ también sucedió otro fenómeno, sus propietarios se empecinaron en crear unos auténticos monstruos de sonido, con equipos de amplificación de última tecnología importados, que los hicieron inviables, pues las potencias de su sonoridad excedían la capacidad de decibles soportables por las comunidades de los barrios, e incluso, de los mismos asistentes a las fiestas, lo que provocó muchos malestares sobre su conveniencia”, dice a su vez Luciano Barraza Salcedo, veterano picotero de la ciudad, y gran conocedor del medio.
    Los ‘fraccionados’ irrumpieron a principios de la década de los 90, y los ‘Turbos’ comenzaron a reclamar su espacio hace apenas dos años, pero con un mayor énfasis en el segundo semestre del pasado 2013.
    El primer fraccionado que se recuerda es Los Melódicos, del señor Jorge Solano; y el primer ‘Turbo’ El Solista veterano, de Luis Rodríguez, a quien llaman ‘El Capo’.

    Aceptados por los jóvenes
    Cuando empezaron a darse los pasos iniciales para volver  a la forma original del picó, el gran interrogante que surgía entre los propietarios de estos equipos se centraba en la manera cómo las nuevas generaciones iban a recibirlos, ya que los jóvenes crecieron con el modelo fraccionado y su parafernalia discotequera.
    Además del elemento novedoso de un improvisado locutor, que micrófono en mano muchas veces vociferaba e incitaba a la violencia en los bailes, en vez de animar la fiesta.
    “Eso ya está superado, los ‘pelaos’ están maravillados con los ‘Turbos’, los han aceptado y recibido muy bien, pues para ellos es algo nuevo, pues no los conocían sino por referencia de sus padres. Estamos en un buen balance de aceptación entre gente adulta y jóvenes. Es decir, les satisface a todos, ya que les hemos dado su toque de modernidad”, manifiesta Ítalo Gallo, propietario del ‘Turbo’ El Coreano, uno de los pioneros en este regreso a las raíces picoteras.

    2000: La era de los conciertos.
    Más o menos con la llegada del nuevo siglo los picós evolucionan a lo que se llamó “tipo concierto” ya que empiezan a utilizar tarimas y la distribución de los equipos es la de un concierto.
    Cada picó “concierto” cuenta con una “nómina” básica compuesta por cuatro personajes: un DJ, un animador, un pianista-baterista (hablamos de teclados y pianos portátiles, digitales) Baterista se le llama al ancargado de hacer efectos de sonido en vivo sobre la canción que se reproduce en el picó y un DJ Light, quien es el encargado de las luces. Al igual que en el fútbol, estos equipos sonoros cuentan con sus hinchas o fanáticos que los siguen a donde vayan. Los más pequeños o junior alcanzaban los 20.000 vatios de sonido, mientras que los más grandes llegan hasta 50.000 vatios. Cuentan con todo un andamiaje en el que se usan computadores, cajas de ritmos y efectos, amplificadores de última generación y en general equipos de la más alta tecnología sonora.
    Los picós en sus inicios eran fabricados por técnicos aficionados, hoy en día se diseñan y se ensamblan con tecnología importada y por equipos profesionales, algunos Picós siguen utilizando dibujos pero esto ha perdido vigencia hoy en día los picós se identifican con un color determinado, por ejemplo: El Skorpion usa el verde, El Solista, azul, y El Fidel blanco.
    Los picós de champeta más importantes en la actualidad son El Rey de Rocha, El Imperio, El Broder, El Chulo de Pasacaballos, El Gémini del Chamba, El Gémini Junior de Mr. Black; en algunos casos los dueños son al mismo tiempo los Djs.


    ¿Por qué el nombre de "Turbo"?
    Si algo ha llamado la atención entre la gente que se mueve en el mundo de los picós, es conocer de donde sale la palabra ‘Turbo’, para esta nueva denominación de las máquinas sonoras del sabor y la alegría. “Fue tomada de un picó del sector de La Cordialidad ‘bautizado’ El Dragón Turbo Laser, parece que la palabrita gustó, pegó entre la gente y alguien como para ponerlo un punto de innovación a esta nueva etapa de los picó, empezó a llamarlos así, ‘Turbos’, que creo es bastante sonora y comercial”, manifiesta Luciano Barraza, picotero de mil batallas en las tornamesas de El Solista, El Rojo, entre otros. En efecto, la designación ha hecho carrera y está desplazando a la histórica picó.

    Dato Curioso!
    La sabiduría popular dice que los “costeños” siempre quieren tener un sonido más potente que el del vecino, por lo que los picós rápidamente se empiezan a alquilar para fiestas  familiares, estaderos y verbenas populares; con el tiempo se vuelven cada más elaborados lo que genera un desarrollo tecnológico en el que algunos técnicos aprendieron cómo adaptar, cada vez más profesionalmente, 
    los parlantes a amplificadores más grandes con el fin de proporcionar más potencia de volumen.


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